Constantemente durante el día, nos la pasamos pensando en nuestro futuro, o recordando asuntos del pasado. Sin duda mucha gente cuando dice que está pensando en algo, realmente lo que está  haciendo es “recordando” los asuntos del pasado de los cuales no se ha hecho libre todavía, o cosas no resueltas que todavía le afectan, o quizás algunas decisiones que pudieron tomar de manera diferente e incluso, algunas que nunca debieron tomar. Esto no es bueno ni malo como proceso u actividad. El juicio de si esto es bueno o malo, lo podemos hacer en el punto donde lo que pensamos/recordamos, nos hace sentir bien o mal.

Además de esto, mucha gente se la pasa recordando cosas del pasado y conectándolas con el futuro. Esto tampoco es bueno ni malo. Va a depender del contenido y de cómo “ese contenido”, “esa historia”, nos hace sentir.

Es decir, si pensamos que todo lo malo del pasado se volverá a repetir y vemos un futuro desagradable, basándonos en nuestro pasado, nos sentiremos mal. Por otro lado  si pensamos que todo lo bueno del pasado se volverá a repetir en el futuro, nos sentiremos bien. Dependiendo de esto, es como nos sentiremos y reaccionaremos durante nuestros asuntos diarios.

Cuando pasas parte del día (o incluso todo el día), recordando asuntos del pasado que te hacen sentir mal, es muy probable, al mismo tiempo, que te sientas mal mientras continúes recordando esos asuntos.

Ahora de qué trate “ese asunto” de tu pasado no es importante, lo importante es que comiences a darte cuenta de que puedes comenzar a ser libre de las sensaciones que esos recuerdos provocan en ti y así, cuando te sientes mejor y libre de esas sensaciones, puedes continuar conectando cosas positivas hacia tu futuro ahora.

Los malos recuerdos tienen una característica específica. Esta característica es que, cada vez que lo recordamos, es como si lo viviéramos nuevamente. Entonces no basta con haberlo vivido, sino que cada vez que lo pensamos lo revivimos nuevamente. ¿No te parece esto curioso?

Una de las cosas que te darás cuenta acerca de los malos recuerdos es que son como la “vida misma”. No son una pequeña imagen/película en tu mente, no son borrosos, sino que son como estar viviéndolos cada vez que los pensamos y, precisamente es esto, lo que nos impide poder ser libres de las emociones que esto nos produce.

El primer paso a la hora de poder dejar de sentirnos mal por algo del pasado y comenzar a olvidar, es (1) permitirnos mirar este recuerdo por última vez.

Esto es, para tener claridad de qué es lo que queremos olvidar y tenerlo en mente con lujo de detalles, ya que son estos detalles, los que hacen la diferencia.

Cuando ya has seleccionado lo que quieres dejar de pensar, lo segundo (2) es disociarnos de la experiencia. Para hacer esto, debes verte a ti mismo en ese recuerdo. Como si alguien más hubiera filmado aquella historia, y hoy, estuvieras viendo ese video en tu televisión.

Lo tercero es (3) empezar a jugar con sus características. Ponlo en blanco y negro, redúcele el tamaño y aléjalo a la distancia. Es decir ya no es como la vida misma, sino que es una imagen pequeña en la distancia.

Allá en la distancia, en blanco y negro y pequeño, cuando comienzas a verlo,  (4) CONGELALO; Ponle pausa y míralo todo en blanco, como si le dieras todo el brillo al televisor con esa perilla imaginaria. Y puedes ponerlo todo blanco y luego todo negro, cambiando rápidamente como un estroboscopio.

Repite esto un par de veces.

Lo siguiente que tienes que hacer es ir al final de ese recuerdo, y nuevamente ponerle pausa. Es decir, ve al final de la historia, lo último que alguna vez recordaste de aquella historia y nuevamente congélala. Porque ahora, en blanco y negro y pequeño  en la distancia, (4) MIRALO EN REVERSA. Como si lo estuvieras rebobinando. Entonces, todas las imágenes van en reversa y además todos los sonidos escúchalos en reversa. Esto hazlo lo más rápido que puedas la primera vez. Luego cada vez más rápido. Desde el final al principio, en blanco y negro, viéndote actuar en ese recuerdo, pero todo en reversa, cada vez más rápido.

Cuando vuelvas a pensar en ello, te darás cuenta que aquello que pensaste alguna vez, ahora es diferente. Nota cuán diferente es ahora.

Puedes repetirlo las veces que quieras y con todos los recuerdos que quieras. Solo hace falta que quieras comenzar a ser un poco más libre ahora.