La salud es un “estado” y también, una “capacidad”: la energía y la posibilidad de hacer lo que nos interesa y lo que disfrutamos haciendo, y la capacidad de curarnos a nosotros mismos.
La salud es positiva, surge de manera espontánea y natural desde el estilo de vida de las personas: relaciones, dieta, donde y como se vive. Es un proceso, es el resultado de cómo pensamos y sentimos. Es un estado existencial.
La salud y la enfermedad son experiencias subjetivas. Cada cual las define como quiere, sobre todo a partir de sus propias sensaciones.
La salud influye en todos los niveles neurológicos y es influida, a su vez, por cada uno de ellos. La salud es un proceso multidimensional que implica todos los aspectos del individuo.
La PNL propone métodos prácticos para poder influir en estos aspectos, es decir influir en el ambiente, la conducta, pensamientos, creencias, identidad y transidentidad. Así pues, se puede trabajar en el entorno, desarrollando y manteniendo sólidas relaciones, en la conducta mediante la formación de hábitos saludables y estrategias de pensamiento que nos permitan responder con más recursos. Esto implica que podamos experimentar menos tensión y más control. Trabajar en el nivel de las creencias y de los valores tomando conciencia de las creencias propias y de lo que es importante para nosotros y, finalmente, trabajar el nivel de identidad y el espiritual mediante la armonización de todos los demás niveles.